Baume & Mercier

A comienzos de la década de 1920, William Baume, gerente de la empresa, se asoció con Paul Mercier. Juntos fundarían Baume & Mercier – Genève en 1918. La sociedad no tardó en convertirse en una de las más activas en el campo de los relojes de pulsera, ofreciendo modelos que destacaban por sus equilibradas formas. En 1919 recibieron el mayor reconocimiento internacional de la época, el «Poinçon de Genève» (Punzón de Ginebra), marca de calidad que avala las piezas de una artesanía y calidad excepcionales.

En los Años Locos, y a lo largo del periodo Art Déco, la marca impuso su estilo y dejó huella en el universo del diseño de relojes. Paul Mercier consideraba esencial que la marca siguiera el ritmo de los tiempos y supiera adaptarse a los cambios. La empresa entendió así la importancia de la emancipación femenina y convirtió los deseos de las mujeres en una fuente de inspiración inagotable. A finales de los años cuarenta presentó uno de sus mayores éxitos: el Marquise. Gracias al impulso de este modelo, siguieron relojes para mujer que hacían gala de una creatividad exquisita y de una modernidad singular, demostrando que un reloj femenino es mucho más que una interpretación en miniatura y un tanto simplista de la versión masculina.

Al mismo tiempo, al presentar los primeros relojes de pulsera, Baume & Mercier se dio a conocer al público que buscaba productos novedosos. Estos relojes urbanos y elegantes marcan los grandes momentos de la existencia al conjugar elegancia y saber vivir.

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